sábado, 27 de diciembre de 2008

No hay como la limpieza


Los microprocesadores para mantenerse los más frios posibles llevan un disipador, habitualmente de aluminio con un ventilador para ayudar a enfriar.
Suele llenarse de polvo con el tiempo y hace falta limpiarlo e incluso sustituir el ventilador cuando empieza ya con el tiempo a hacer ruido.

Pues tenía que cambiar el del ordenador de un amigo, y como es bastante mañosito, pues le expliqué como hacerlo, le recomendé que limpiase un poco la pasta conductora sobrante, que hay entre el microprocesador y el disipador.

Pues sí, la limpió, joer si la limpió, creo que con estropajo y fairy. Si os fijais en la foto adjunto del microprocesador, vereis unas manchitas negras, que para entendernos es similar al material de la mina de un lápiz que es conductora. Pues tanto limpió que eliminó ese "carboncillo" y el microprocesador dejó de funcionar. Ahora que, eso sí, limpio estaba....., brillaba.

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